En el corazón de Mérida, Venezuela, se encuentra el pueblo de La Azulita, un pintoresco pueblo que guarda secretos de belleza natural y una comunidad de jovenes fantásticos comprometidos con el resurgimiento del turismo en la región. Mi conexión con este lugar comenzó gracias a Instagram, donde las publicaciones me han permitido conectar estos chicos extraordinarios. Este relato cobra vida a través del mensaje directo que recibí de Maria Virginia y sus compañeros: Francis, Cristian, Adriana, Yerling, Angy y Nayjisili. Todos ellos, estudiantes de turismo en el Hotel Escuela de Los Andes, núcleo La Azulita.
El motivo de su mensaje fue pedirme orientación en un proyecto universitario ambicioso y emocionante en el cual desean crear la primera agencia agroturística en La Azulita. La solicitud de orientación de estos jóvenes maravillosos no solo me emocionó, sino que me dio a entender el compromiso de los jovenes con el desarrollo sostenible de su comunidad y del turismo en Venezuela.
Al leer a detalle su proyecto, me encontré con un trabajo magnífico, lleno de ideas brillantes y una visión clara para resaltar las maravillas de La Azulita. Sin embargo, en nuestras conversaciones, surgió la convicción de que un proyecto tan inspirador debía trascender las páginas y materializarse en acciones tangibles. La riqueza del sector de La Azulita merece ser experimentada y compartida con el mundo.
Este encuentro significó mucho más que un intercambio de ideas; fue un recordatorio conmovedor para mi de que la juventud venezolana no solo sueña con un futuro mejor, sino que trabaja incansablemente para construirlo. A través de mi conversación, compartí mi perspectiva sobre cómo podrían orientar este proyecto, enfatizando la importancia de la acción para convertir sus visiones en realidades palpables.
En cada palabra que intercambie con Maria Virginia como vocera de su grupo, imagine el potencial de La Azulita como un destino turístico próspero. La energía, entusiasmo y dedicación que irradian estos chicos a través de videos que compartieron conmigo es no solo contagiosa, sino también reveladoras de una generación que se compromete a recibir y multiplicar los frutos del esfuerzo colectivo.
Hoy, mi gratitud se extiende a todos los jóvenes de La Azulita que, con sus sueños y acciones, encarnan la esperanza de un mañana vibrante para su comunidad. Espero que el impulso para emprender este viaje inspire a muchos más a unirse a la causa del turismo sostenible en Venezuela. Estoy seguro que este hermoso proyecto no solo dará vida a La Azulita, sino que también contribuirá en comenzar a posicionar nuevamente a Venezuela en el mapa del turismo mundial. A todos lo chicos de La Azulita solo puedo decirles que sigo a su disposición y agradezco infinitamente haber podido conectar con ustedes. Sinceramente deseo que en cada paso que den, en cada rincón que descubran, llevan consigo la promesa de un futuro lleno de éxito y prosperidad. ¡Y que este viaje sea tan inolvidable como el destino que están creando!.
Mil gracias por el apoyo Juan Carlos.
Sin duda alguna La Azulita es un pueblo de encantos naturales, con gran potencial turístico.
El agradecido soy yo con ustedes! Ustedes son el futuro de Venezuela.
Gracias por inspirar, soy de Maracay Estado Aragua y pienso que todo nuestro país tiene ese tesoro Virgen y tangible , gracias a estos chicos y a todos los que desde acá quieren lograr enaltecer nuestra tierra.
Paola valoro muchísimo tu comentario, realmente significa mucho para mi! Se que muchas cosas buenas están por venir.